La tarjeta gris es una de esas herencias de la fotografía analógica que aun usamos en el mundo digital. En aquellos tiempos se usaba para medir la luz ya que al medir la luz incidente en ella teníamos una exposición perfectamente ponderada. Si el exposímetro en la tarjeta gris decía f 8, era f 8 sin duda alguna y los fotógrafos podían gastar sus 36 exposiciones sin temor a no tener la luz adecuada. Actualmente se puede seguir usando con este supuesto, pero ahora tenemos la ventaja de poder ajustar al observar el histograma (eso será otra entrada).
Hoy, la tarjeta gris tiene un uso más importante: el balance de blancos. Al ser un color neutro podemos usar la tarjeta gris para definir nuestro balance de blancos y eliminar dominantes cromáticas.
¿Cómo se hace? Cada programa editor de imagenes (photoshop, lightroom o aperture) tiene su modo de establecer el balance de blancos. Por ejemplo, en aperture vemos en la pantalla de edición la imagen recién importada:
Notamos un cierto tono azulado en la foto, donde el blanco del vestido no es totalmente blanco. Pero como estamos usando una tarjeta gris 18% podemos ajustar. En la parte superior izquierda está el histograma y debajo el balance de blancos. Ahí tenemos un cuentagotas que hará el trabajo.
Efectivamente la foto está azulada, tiene una temperatura de caso 4000 lo que la sitúa en la parte azul del espectro.
Tomamos el cuenta gotas y señalamos la tarjeta azul.
Fíjate como se ha ajustado el histrograma disminuyendo mucho del componente azul y llevando la temperatura a 5,000 que es la zona de la luz artificial.
Ahora la foto ya no tiene el tono azulado y el vestido se ve blanco donde debe ser.
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En el siguiente esquema, el punto rojo representa el lugar donde se hace el balance de blancos. La tercera foto corresponde a una temperatura de 5000 K.